La letra muy pequeña indica depresión, decaimiento, miedo, inhibición. La letra muy grande indica un sentimiento exagerado del propio valer (orgullo, vanidad, egocentrismo) o un complejo de inferioridad no compensado (un grito de búsqueda de ayuda)
Los signos patológicos en la escritura del niño son: Presión débil, trazos quebrados o desvíos, temblores, presión con alteraciones y torceduras, interrupción del trazo en la parta superior o inferior de las letras o en los ejes, dificultad para unir una letra con otra, trazos no terminados, alteraciones en el orden, confusión de una letra por otra, óvalos aplastados, estrechez en “m” “n” o “u” en escritura ancha, puntos innecesarios colocados por doquier.
Los grafólogos no diagnostican enfermedades, pero pueden sugerir las posibles anomalías que deben ser corroboradas por médicos.
Los signos de agotamiento en la escritura del niño, muy comunes cuando se le piden tareas excesivas, son: vacilaciones, presión débil o desigual, dimensión muy pequeña o cambios repentinos de tamaño o dirección, nula puntuación, letras no unidas y rasgos no finalizados.
Los signos de agresividad o enojo son: Aumento de los ángulos en los finales de las letras, signos de agitación, rasgos prolongados hacia la derecha.
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