Este trastorno alimenticio es un comportamiento de negación para no ser lastimado. Cuando un individuo tiene problemas frente a una situación, utiliza la alimentación para evitarlo.
Es casi imposible no padecer esta alimentación ya que la sociedad esta dirigida hacia la comida, donde la alimentación es una parte de las celebraciones y los rituales de la vida familiar.
El gran problema de la alimentación emocional es consumir grandes cantidades de comida chatarra como respuesta a ciertos sentimientos y no al hambre.
La diferencia es clara, cuando comemos porque tenemos hambre, uno siente cuando esta satisfecho, pero cuando la necesidad emocional difícilmente uno puede darse cuenta asi como cada vez querrá mas incluso cuando ya este satisfecho.
Lo primero que debes hacer es saber porque acudes al refri o a la despensa. Si tu respuesta es porque tengo hambre, preguntate también cuánto hace que has comido, si estás aburrido, con sueño, enojado, angustiado o preocupado. Si logras encontrar la causa de tu “hambre” en alguna de éstas emociones ya has dado un gran paso.
Una vez que descubres que en ocasiones comes no por que tienes hambre sino porque pretendes calmar tus sentimientos o mejorarlos, debemos buscar algunas otras formas de enfrentar las emociones que no sea a través de los alimentos. Por ejemplo:
Es fundamental que el momento de la comida nos provoque placer, pero ésta sensación no debe confundirse con un arma para calmar o amortizar todas las emociones que sentimos. Por eso, aprende a controlar tu ingesta de alimentos cuando en realidad no tienes hambre.
This website uses cookies.